Ya nada importa. Voy a seguir adelante. Nadie me asegura el futuro, pero me quiero lo suficiente como para aunque sea intentar.
Soy una persona que vale oro. Y no es por presumir, simplemente me sé valorar. No pienso luchar, ni esperar nada de los demás. Ahora voy a luchar por mí, y no contra mí.
Si puedo arreglar los problemas, genial. Y si no lo logro, seguiré mi camino. Voy a apostar todas las fichas a que mi corazón se sane. Voy a hacer todo lo que me guste y quiera hacer. Voy a reír, voy a cantar, voy a bailar. Y si algún día derramo alguna lágrima, va a ser de felicidad.
No más pesimismo. De ahora en más voy a seguir caminando sin mirar atrás. Mis sentimientos van a seguir conmigo, no los voy a desechar.
Porque cada error es una experiencia, y de un modo u otro, estoy feliz de haber pasado por tantas cosas. Aprendí a valorarme, a quererme, y a cuidarme. Yo voy a estar bien.
¿Que cómo estoy tan segura de eso? Mirá, nosotros omos las decisiones que tomamos, y hoy decido ser feliz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario