viernes, 2 de diciembre de 2016

¿Cómo, cuándo y dónde...?

Cuando ya nadie te nombre,
hombre,
no me vuelvas a buscar.

Cuando desaparezcas,
cuando tus palabras ya no valgan,
recordá:
vos nunca me escuchaste.

¿Cómo, cuándo y dónde
fue que tus erotismos se volvieron banales?


¿Cómo, cuándo y dónde
fue que tus ojos,
morochos,
me vieron marcharme?


Y, ¿lloraste?
No tengo idea, no lo sé.
Lo dudo.


Celestes fueron mis lágrimas durante dos años,
o más.
También celeste es mi libertad,
aunque me duela.


No me niegues:
soy dolor.
El tuyo, ¿salvador?