lunes, 15 de enero de 2018

Ella

La casa se encontraba sola
y se sentía vacía.

Hacía falta ella.

Estaba todo a oscuras
con las ventanas abiertas,
y corría el frío invernal
que helaba lo más profundo de mi pecho.

Hacía falta su risa tintineante,
hacía falta el calor de su alegría
y la dulzura de su voz.

Me dolía su ausencia;
aunque su presencia era peor.

Y me carcomía la envidia.

Porque era tan bella;
tan buena.
Tan ella.

Tan luminosa,
y no oscura como yo.