martes, 18 de abril de 2017

Dormida

No quisiera sonar egocéntrica pero…
cuando no te abrazan las nubes
yo sé que pensás en mí.

Que soy lo obvio y no una opción,
que no soy un “además me cae bien”.

Lo sé.

Pero saberlo no me alcanza
si no escucho tus palabras perfumadas,
ni tu risa. Si no te veo bailar,
si no te veo sentir.

Si jugamos en el bosque
a ver si el lobo está,
y cuando aparece no corrés.

Porque estás acostumbrada a que te coman.

Una
y otra vez.

Si siento que, más que soñando,
estás dormida.
Si no encuentro forma de despertarte,
y me doy cuenta que no hay un fin.

Si veo que los monstruos besan tu piel desnuda
y vos no hacés nada.

No gritás, no llorás, no pataleás.

Sólo tomás un último trago de vino y,
casi disfrutando,
dejás el vaso en la mesita de luz.

Te arropás con las sábanas de tu infancia
y te volvés a dormir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario