domingo, 4 de septiembre de 2016

Testamento

    Te escribiría un testamento, para recordar memorias y presentar pasados. Para relatarte cuentos y regresar momentos. Pero creo que ya no hace falta, porque hay algo nuevo. Van pasando cosas mientras otras cosas van pasando. Y poco a poquito se van marchando. Se tienen que ir, se van disipando. Si te explicara el porqué, necesitaría escribir ese testamento innecesario que trae a la vida los instantes muertos; esos que no sé cómo no me han matado. Ahora nuestro camino se ha bifurcado. Y así, sin darnos cuenta, nos hemos separado. Sin querer y sin controlarlo. Dejamos en su lugar las cosas, las arrojamos al pasado. El peso de nuestra ancla dejó de ser tan pesado. Y fuimos hacia adelante, a paso cantado. Uno, dos y tres. Un pasito al revés. Nos volvimos a encontrar, siendo dos personas nuevas. Uno y dos. No te quiero decir adiós. Tres y cuatro, me voy por un rato. Cinco y seis. Te necesito volver a ver, no aguanto que no estés. Siete y ocho. No quiero contar más. Volvámonos a encontrar. Nueve y diez. Empezamos otra vez. Nuestro cuento sin final, el cual vive y muere repitiendo historias al azar. ¿De qué me sirve rimar? Si al fin y al cabo te vas a marchar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario