domingo, 12 de junio de 2016

Luciérnagas en Buenos Aires

     - Veo demasiadas luces de neón en esta ciudad habitada por luciérnagas. No se cieguen y brillen de una vez, ¡maldita sea! Me parece ilógico que la misma gente que nos puede sacar de la miseria sea la que consuma la miseria. Buenos Aires debería ser historia (y lo es), y no un mercado. Me duele la frivolidad que nos corrompe y nos integra al mismo tiempo. Que si tal boliche, que si tal feria… ¡Cortémosla! ¡Brillemos nosotros en vez de usar linternitas de colores! – exclamó.
     Cuando terminó de hablar yo no supe qué hacer. Nunca había oído a nadie hablar de esa manera. Sentí que me había escuchado a mí misma en sus palabras. Dijo en cuatro frases todo lo que yo pensaba y sentía, resumiéndolo perfectamente, y con el tono exacto en el que yo quería hacerlo. Agradezco tenerla en mi vida, porque si bien por nuestros ojos y oídos entra lo mismo, por nuestra boca salen cosas completamente diferentes. Yo no sirvo para hablar, y es ella la que le pone letra a mi canción. A mi eterna canción de vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario