Amo
y odio tanto esa palabra.
Porque
te describe perfectamente,
y
a tu recuerdo se me hace imposible
correrlo
de ella. Está ligada.
Inamovible.
Más
que nada me describe a mí,
y
a mi incapacidad para olvidarte.
No
puedo borrar tuyos los trazos
de
lápiz dibujados en el pálido,
blanco
lienzo de mi piel.
Inamovible.
Porque
reemplazarte es muy fácil,
pero
sólo si hablamos del cuerpo.
Si
me acogen otros brazos, plácidamente
descanso
sobre ellos. Y me sostienen.
Mas
cuando me sueltan, no me siento llena.
Algo
me falta. Y sos vos,
inamovible.
A
veces me creo que soy una naranja completa.
Y
en realidad sólo soy un damasco sin su carozo.
Alegre,
¡tan llena de alegría! Mas bajo el naranja
brillante,
estoy vana. ¡Tan llena de vacío!
Y
ese vacío es igual a vos.
Inamovible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario