Es increíble
lo que se puede llegar a amar a una persona. Tanto que se siente como si
nuestras almas fueran una sola. Con una mirada basta para entendernos, y esa
conexión la tenemos sólo entre nosotros dos. Sin ningún tercero invadiendo. Sin
intervenciones. Sólo él y yo. Y es lo único que no nos pueden quitar. Siento
que nos complementamos perfectamente. Y lo mejor es que puedo confiarle
prácticamente todo. Nos conocemos muchísimo el uno al otro y eso me encanta.
Espero algún día se nos dé la oportunidad de llevar esa conexión espiritual a
lo físico, y que nuestros cuerpos se fundan en las fogosas llamaradas de pasión
que nuestros corazones desprendan.
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