Recibí
y resistí tantos golpes;
tantas
heridas, tantas batallas.
Mas
tú me quitas lo astuta,
y
el lugar donde caigo como gota al suelo
en
tu sonrisa se halla.
Yo
escribo porque siento que me lees.
Y
eso es terrible, sabiendo
que
en este mar de letras
intento
describir un sentimiento ilegible.
Han
sonado las campanas rotas
al
unísono con mi corazón de hielo,
y
con un sólo movimiento
me
haces levitar en el cielo
como
lo que en el agua flota.
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