domingo, 26 de junio de 2016

Ukelele

Enrédate en mis auriculares
y háblame al oído.
Quiero escuchar tu dulce voz
acompañada por un ritmo
de ukelele hawaiano
que degusten mis sentidos.

Y si yo en este poema no rimo,
o rimo pero muy mal;
enséñame entonces tú a rimar.
Que esos finos labios
rocen y besen a los míos;
y nos miremos a los ojos,
azules ambos.
Dormidos.

Que este secreto
ya no se encuentre escondido
me importa muy poco.
Y me sincero,
pesaba dentro mío.

Me importa muy poco
también el qué dirán,
los otros,
los demás,
mientras contigo yo pueda cantar.

Afina mis cuerdas vocales.
Gira estas clavijas,
clavadas
en esta niña chiquita.

Yo soy tu ukelele,
llévame a Hawaii.
Con tus dulces melodías
yo aprendí a cantar.
Yo aprendí a soñar.

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