domingo, 3 de mayo de 2015

Gritos

    Mi vida se resume en miedo y aislamiento. Necesito ayuda pero no quiero buscarla, ni encontrarla. Anhelo por comprensión, pero no existe. Vivo en un cansancio extremo, pero aun así no duermo. Ya no me permito soñar. La melancolía desvelada no me abandona, y se aferra a mi piel como los rayos de luna en la noche fría. Me abrazan y no me sueltan. No me dejan ir. Congelan mi alma y mi cuerpo, y cada vez me acostumbro más, sin dejar de sentirlos. Es horrible darte cuenta que tus gritos son sólo un susurro en el desierto. Nadie escucha. Nadie los percibe. Pero sí están ahí, y son más que dolorosos. Son reales. Creo que nunca me había sentido tan sola y culpable. ¿Las personas son tan crueles que abandonan, o soy yo la que hace que el resto se aleje?

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